El debate sobre las ventajas y desventajas de la flexibilidad laboral está en la mesa, pero lo primero que debemos hacer antes que nada es explicar qué es la flexibilidad laboral exactamente. Con este término nos referimos a un modelo de trabajo en el que hay un acuerdo entre la empresa y el empleado para no ser tan estrictos con las horas de entrada y salida, permitir que el trabajador atienda mejor sus compromisos fuera del trabajo y, en definitiva, combinar mejor las diferentes partes de su vida al repartir su tiempo.
La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 ha alterado por completo la forma en que trabajamos, y el teletrabajo se ha instalado con rapidez en muchas empresas de todo tipo. Las dificultades para la conciliación en los momentos más duros de la pandemia, con los niños en casa y los padres teniendo que cuidar de ellos a la vez que intentan trabajar, mostró a las empresas que dar mayor flexibilidad a sus equipos podía hacerles la vida más fácil.
Ahora, con un horizonte de vacunación masiva tras el que esperamos poder dejar el virus atrás, nos planteamos: ¿cómo afecta la flexibilidad laboral a los trabajadores? ¿Tiene ventajas? Nosotros creemos que sí, y las enumeramos a continuación
Los beneficios de la flexibilidad laboral para los empleados
El beneficio más importante, y en el que insisten sus defensores, es que la flexibilidad laboral ayuda a la conciliación. Cada persona es un mundo y tiene unas necesidades y ocupaciones distintas. Algunas personas tienen a otras a su cargo: hijos o mayores, y necesitan dedicarles tiempo. El no contar con un horario rígido e inamovible permite facilitar la vida a la gente para dedicar tiempo a otras obligaciones fuera del trabajo.
También nos ayuda a ser más productivos. Algunas personas prefieren levantarse pronto porque rinden más por la mañana; otras aprovechan mejor las horas después de comer, por la tarde. Podemos adaptar el horario a nuestro ritmo biológico y aprovechar mejor el tiempo.
El presentismo es una de las mayores cargas del trabajo en oficina. Pasamos más horas de las necesarias en muchas ocasiones porque creemos que es síntoma de ser un buen empleado; tenemos miedo al juicio si nos marchamos antes. Pero si se rompe la obligación de irse del trabajo a una hora fija y se da libertad para que el equipo se vaya cuando haya acabado sus tareas, creamos un impacto positivo en los miembros de la empresa y damos autonomía y responsabilidad a cada empleado.
Las características de la flexibilidad laboral en cada empresa pueden variar, y todas están sujetas a acuerdo y negociación. Adoptar un teletrabajo total o parcial, dar flexibilidad horaria con ajuste semanal o mensual, contabilizar el trabajo por objetivos y no por horas… La legislación también avanza en ese sentido, ya que la Nueva Ley de Teletrabajo y el Estatuto de los Trabajadores incluyen medidas como el aumento del permiso de lactancia, los permisos retribuidos por nacimiento y el derecho a la desconexión digital.
Las empresas también se benefician de adoptar estas políticas porque así es más fácil retener el talento: solo cuidando a los trabajadores conseguiremos que se impliquen en los objetivos del proyecto. Así que la respuesta final es sí: la flexibilidad laboral existe, es positiva y es una tendencia con mucho futuro en el mercado laboral.